lunes, 22 de noviembre de 2010

Un diálogo entre Víktor Gómez y Antonio Méndez Rubio

-I-

EDUCAR EN LA SOSPECHA,
enseñar a mirar, a no ver,
preparar para la rotura,
abrir en la ruidosa ciudad
archipiélagos en silencio,
estancia que es vuelo, vuelco, balconada,
convidar a la lentitud, a la atención,
a la espera y a la incertidumbre,
negar la facilidad de lo previsible,
cambiar techo por cielo abierto.
besar la nieve, no las huellas, amoratar
los labios e insistir,
volver e irse y volverse a ir, sin fin, sin reticencias.


Víktor Gómez, Huérfanos aún (Baile del Sol, 2010).





Es después
de toda la oscuridad
sabida insuficiente, libre, luego
de que no pase nada,
cuando sobreviene ese turno
final
de volver a algún hogar ausente,
sin causa reconocida,
a deshora o con el cuerpo frío
por el alba en silencio. Tras
pensar el esplendor
de la ruta posible, nada ni
nadie nos
quita el sueño o
espera para hablar del día.
No hay, en la mesa de tablas,
rostros enfrente, manos aun cerca,
juntas,
que recojan con su rabia las migas
de pan ácimo mientras
todos aprietan los dientes.


Antonio Méndez Rubio, Cuerpo a cuerpo (Baile del Sol, 2010)