lunes, 15 de abril de 2013

«Canto nuevo» de Lucía Sánchez Saornil


“Eras lo que no se sabe
 bruma”.
L.S.S.
 
 Reafirmar no sólo el espíritu republicano, sino también el espíritu revolucionario: tal fue la apuesta de Lucía Sánchez Saornil (1895-1970), poeta libertaria y feminista que en la década de 1920 participó de forma efímera en el movimiento del ultraísmo. Puede que ese pasaje haya sido lo mejor de su escritura poética: encarna la ruptura que en otras dimensiones de su vida no cesó de practicar.
Aunque posteriormente abandonara este movimiento en nombre del «compromiso», sus poemas de entonces anticipan de forma ejemplar otro modo de concebirlo.  Regresar a Sánchez Saornil es internarse en un olvido sintomático que persiste en el presente. La memoria de la derrota sólo puede nutrirse de esos nombres borrados de la historia. L.S.S. era, en efecto, la que no se sabe bruma. 
A.B.
 
 
 
 

Canto nuevo
  
¡Oh, cuánto tiempo HORA NUESTRA
            te hemos esperado!, ¡cuánto!
            Oh, cuántas veces tendimos 
el cable de nuestra mirada limpia al futuro
y aplicamos el oído extático
al viento,
ávidos de distinguir
tu música en embrión!
¡Oh, cuántas veces
el diamante de nuestro deseo
partió el cristal del horizonte
buscándote más allá de la aurora!
 
Y al fin te poseemos,
            HORA NUESTRA;
            al fin podremos mecerte en nuestros brazos
y escribir tu claro nombre en nuestras frentes.
 
            Hermanos,
he aquí, todo cumplido;
hagamos braserillos en el hueco de nuestras manos
para esta “LLAMA ALARGADA”.
 
            El horizonte es la pauta, hermanos.
Nuestros martillos, pulidos y brillantes
como uña de mujer,
canten sobre las columnas truncas,
sobre los frisos rotos.
Tal un vendaval impetuoso
borremos todos los caminos,
arruinemos todos los puentes,
desarraiguemos todos los rosales;
sea todo liso como una laguna
para trazar después
la ciudad nueva.
 
            Tiranos del esfuerzo
nuestros brazos levantarán esta vieja Tierra
como en una consagración.
 
            Un abanico de llamas
consumirá las viejas vestiduras
y triunfaremos, desnudos y blancos,
como las estrellas.
 
Lo que hemos creado esta hora
alcanzaremos todas las audacias;
NOSOTROS EDIFICAREMOS
LAS PIRÁMIDES INVERTIDAS.

(1920)
  
 
Lucía Sánchez Saornil fue poeta, militante anarquista y feminista. Nació en 1895 en Madrid y participó en el movimiento ultraísta. Publicó entonces sus poemas en revistas como "Tableros", "Plural", "Manantial" y "La Gaceta Literaria".
Durante los años 1920 dejó la poesía para dedicarse a la actividad política en el seno del movimiento anarcosindicalista. Participó en diferentes conflictos sociales dentro de Telefónica. En 1927 se trasladó a Valencia, donde colaboró en varios periódicos anarquistas como Tierra y Libertad y Solidaridad Obrera. De vuelta a Madrid en 1929, prosiguió con sus actividades en el movimiento anarquista, haciéndose cargo en 1933 de la secretaría de redacción del periódico CNT.
En 1936, poco antes del inicio de la Guerra Civil Española, fundó junto a Mercedes Comaposada y Amparo Poch la organización feminista y libertaria Mujeres Libres.Cuando estalló la Guerra Civil participó activamente en la lucha antifascista. En 1937 regresó en Valencia, donde participó en la redacción del periódico anarquista "Umbral". En mayo de 1938 se hizo cargo de la secretaría general de la sección española de Solidaridad Internacional Antifascista (S.I.A).
Después de la victoria de los nacionales, Lucía Saornil se exilió en Francia. Para escapar a la deportación, debió volver secretamente a España en 1942, primero a Madrid y más tarde a Valencia. Continuó en la clandestinidad hasta 1954. Entonces se trasladó a Valencia, donde murió el 2 de junio de 1970.
 

3 comentarios:

Stalker dijo...

un rescate oportuno y valiosísimo...

ojalá llegue la hora de construir las pirámides invertidas, y derruir, de paso, las otras pirámides, los muros, los prejuicios, la locura depredadora en la que estamos inmersos...

un abrazo!

Arturo Borra dijo...

Querido Stalker, gracias por pasarte. L.S.S. es una poeta prácticamente olvidada por la mayoría. Me parece una metáfora de un vuelo trunco o, mejor, truncado por el franquismo. Como poeta y mujer ha sufrido una doble represión.

Los muros siguen intactos y ojalá que ese "Canto nuevo" sea también, alguna vez, algo más que un canto.

Un fuerte abrazo,

Arturo

PD: me he pasado por tu blog y ojalá que pronto pueda sumarme a la charla.

Bibliotecaria Susú Vidal dijo...

Gracias por compartir la poética de esta gran mujer, es mi deseo de que se hagan realidades los sueños justos, de sus letras.Un abrazo fraterno.